Hasta el mes de julio se puede visitar una muestra antológica de Emilia Gutiérrez curada por Rafael Cippolini que recorre los únicos diez años de producción pictórica de esta artista. Esta exhibición se inscribe dentro de uno de los objetivos de la Colección Amalita, de actualizar y dar visibilidad a artistas que han desarrollado su actividad en circuitos alternativos, o que han sido leídos e historiados en los márgenes.
"Emilia" invita a redimensionar a esta artista, no solo como una dibujante, sino también como una original pintora, e insta a repensarla desde posiciones contemporáneas. La intención es que esta muestra sea una puesta en valor de su obra, así como abrir el camino para revisitarla desde otras miradas.
La exhibición se podrá visitar hasta julio de 2023 de jueves a domingos de 12.00 a 20.00 horas en Cossetini 141, en Puerto Madero.
Este es el texto del curador en el que realiza una fiel semblanza de la artista homenajeada:
"Corre 1965 y Emilia Gutiérrez, de 37 años, se pone en modo exhibición. Atendamos: a partir de entonces y por diez años, exhibición y pintura para ella significarían lo mismo. Más de una vez confesó: “Exponer me asusta. Me produce incomodidad y frustración”.
Hasta ese momento, sólo había mostrado en dos oportunidades y de manera colectiva, una de esas veces con el fugaz Grupo del Plata, al cual pertenecía. Se había formado en la Escuela Fernando Fader y en el taller de Demetrio Urruchúa.
Pintaba y dibujaba desde niña: “en mis cuadros está el mundo de mi infancia, que no fue muy alegre”. Como en los relatos de Guillermo Hudson, como en la prosa de Olga Orozco, el pasado se convierte en un reino único, donde la oscuridad es otro sol, donde todo puede expandirse.
A lo largo de una década, que finaliza en 1975, Emilia presentará sus únicas cinco exposiciones de pintura, a veces acompañándolas con algunos dibujos. Pero todo concluye al fin. Luego ya no habrá ni más pintura, ni más pasado.
A mitad de los años setenta, cuando el país se adentraba en sus años más oscuros, deja de pintar por sugerencia de su psiquiatra: los colores le hablaban. Es cuando la pintora se transforma en dibujante a tiempo completo. Hasta su muerte, en marzo de 2003, expondrá cuatro veces más, en forma individual.
En tanto pintora, Emilia fue una buceadora, como uno de sus más icónicos personajes. Una buceadora incansable. Tan Emilia, Aemilius, etimológicamente la que se esfuerza, la muy trabajadora.
“El arte del dibujo es distinto al de la pintura. Son medios de expresión opuestos. Dibujo es línea y claroscuro. Pintura es color, composición y temática.” “Ninguno de mis dibujos es proyectado de antemano; surgen espontáneamente. Cada uno es una sorpresa. Dejo correr la línea y lo demás va floreciendo”.
Si en el dibujo todo es asociación y presente, inmediatez absoluta, su pintura, en cambio, es el laboratorio flamenco de sus recuerdos. Todo es color en su personal Reino de Flandes. Inspirada por los primitivos pintores de los Países Bajos (ante todo el Bosco, pero también Van Eyck), Emilia elige el óleo, los formatos pequeños, las expresiones de los rostros, el detalle único, y por, sobre todo, lo extraño en lo inmediato, en lo cotidiano.
“Al encarar una obra me encuentro en un estado especial, que no es fácil de conseguir. Es una manera mía de sentir. Son exaltaciones de la forma. Cuando Goya, el Greco y los pintores flamencos hacían deformaciones de gran vuelo, eran productos subconscientes. Prefiero la soledad y sus misterios; aunque pienso que la muchedumbre también tiene sus enigmas y que es bueno comunicarse con los que nos rodean”.
En su horizonte, no es posible el S/T: tiene un título para cada obra. Cuando no lo conocemos, es sólo porque se ha perdido. Muchos personajes (si reales, siempre inventados), tantas escenas, pero también géneros: paisajes mentales y naturalezas muertas. Todo en Emilia es íntimo. Hasta su maravilloso anacronismo, que alcanzó con su obra un nuevo cielo en el arte argentino. Formas de vestirse, de vivir, estilos, influencias, nada deja de entremezclarse en un tono general pretérito. Su personalidad manda: lo que quiere, lo muestra en silencio".
Rafael Cippolini
4/2023