Un clásico de la historieta argentina, que trascendió lo universal por su contenido social, como "El Eternauta", en una edición definitiva, es uno de los últimos lanzamientos de editorial Planeta. Un testimonio infaltable. Pero también la editorial publicó tres valiosos aportes más: "La voz de la madre", de la escritora Silvia Arazi, otro sensible testimonio sobre su propia madre; la nueva obra de florencia Canale, una aproximación histórica a Manuela Sáenz, el amor de Simón Bolívar, y el siempre actual Manuel Puig a través de "Maldición eterna a quien lea estás páginas".
"EL ETERNAUTA", de HÉCTOR GERMÁN OESTERHELD - FRANCISCO SOLANO LÓPEZ
El Eternauta es la primera novela gráfica en español y la más importante para el mundo hispanoamericano. Obra cumbre de la ciencia ficción, fue publicada originalmente en Argentina como una serie de 106 entregas desde 1957 a 1959, en la revista Hora Cero Semanal.
Para esta edición definitiva, revisada y corregida, se han retocado más de cincuenta ilustraciones sin alterar el espíritu original de la obra, con la intención de optimizar su calidad visual, potencia y continuidad gráfica.
Con su vitalidad narrativa, su vigor político y su peso iconográfico intactos, nos complace presentar la multipremiada historia que influenció a más de cinco generaciones de lectores alrededor de todo el mundo.
"LA VOZ DE LA MADRE", de Silvia Arazi
“Era una mañana clara y tibia, con un cielo límpido y azul que interpreté como una promesa, como un buen augurio para el año que acababa de comenzar. En cuanto escribí las últimas palabras, sonó el celular. Era mi hermana, para decirme que mi madre había muerto”.
Rosa, Rosita, es una mujer bella, suave, melancólica, que a la vejez sufre un lento y prolongado deterioro. La narradora, su hija, observa impotente ese doloroso proceso. La visita, la escucha, le lee, intenta hacerla reír, le canta. Cuando la madre muere, siente la necesidad de escribir acerca de ella.
Estas páginas narran el pasado de Rosita, el encuentro con su marido y la creación de una familia, con todo lo que eso implicaba para muchas mujeres de entonces en términos de postergación, de silenciamiento. Al escribir sobre ella la narradora se encuentra, como en espejo, con su propia infancia, su juventud, sus primeros amores, su falta de deseo de tener hijos, la tensa relación con su padre.
"BASTARDA", Manuela Sáenz, amor y desmesura de Simón Bolívar, de Florencia Canale Promedia el siglo XIX. Un continente en llamas lucha por su libertad. Hombres de acción, decididos a dejar en las páginas de la independencia latinoamericana su trazo a fuerza de sable y pólvora, no dudan en entregar su vida por algo que es mucho más que un sueño. Y allí está ella, una mujer que arde en su propio fuego. Que no solo está a la altura de los grandes héroes, sino que además está llamada por su tierra a ser una más entre ellos. Manuela Sáenz de Vergara y Aizpuru. Manuelita, ecuatoriana de nacimiento, guerrera, revolucionaria.
Y allí está ella, una mujer que arde en su propio fuego. Que no solo está a la altura de los grandes héroes, sino que además está llamada por su tierra a ser una más entre ellos. Manuela Sáenz de Vergara y Aizpuru. Manuelita, ecuatoriana de nacimiento, guerrera, revolucionaria.
Una criatura indomable a la que no le tiembla el pulso para empuñar las armas en el campo de batalla. Tampoco para luchar por el deseo irrefrenable que le genera Simón Bolívar. Ese hombre que le quita el sueño y le enciende la piel. Que la lleva a ser feroz y leal como ninguna detrás de su causa; febril e irreductible en las batallas de la carne.
"MALDICIÓN ETERNA A QUIEN LEA ESTAS PÁGINAS", de Manuel Puig
Maldición eterna a quien lea estas páginas narra el encuentro áspero y destructivo de d os soledades en Nueva York: un enfermo, argentino, y su cuidador, un norteamericano, ambos marcados por mujeres que están ausentes. La dificultad para establecer una confianza mutua y un afecto necesario es el tema conductor, si bien, en esta confrontación, cada uno de ellos revelará al otro y a sí mismo aspectos inesperados de su personalidad.
Una vez más, lo que atrae y subyuga de esta novela es la maestría con que Manuel Puig se sirve de un material nuevo en su obra —la vida cotidiana norteamericana— para penetrar en el alma humana, especialmente a partir de unos diálogos sacados de conversaciones reales en los que los silencios juegan un papel tan importante como la palabra.
«Leí a Puig, leo a Puig, lo recomiendo cuando en cualquier lugar del mundo me preguntan por n uestros autores más destacados», confiesa Claudia Piñeiro en el prólogo a esta edición.
12/2022