Buen pronóstico para marzo: Sabina vuelve a Buenos Aires

 

 Sabina

    El 17 de noviembre se estrenó en España un documental donde, entre otras cuestiones, a Joaquín Sabina se lo ve sin el bombín, ni las luces, ni los fastos inevitables para la presentación de un show.  A partir de febrero de 2023, se calzará el bombín para encarar lo que más le gusta: salir de gira, incluyendo –por ahora- cuatro presentaciones en Buenos Aires en el Movistar Arena. Nunca más preciso el condicional, ya que las entradas para el primer concierto (el domingo 12 de marzo) se agotaron en dos horas. Al toque, se habilitó una nueva jornada: el miércoles 15 de marzo. Y en pocos días se habilitaron dos funciones más, el 21 y el 23 de ese mes.

  El documental se titula Sintiéndolo mucho, nombre de la canción compuesta ad hoc, en tanto la gira se denomina Contra todo pronóstico. Eximio prestidigitador de las palabras, Joaquín Sabina (73) tiñó estas dos extraordinarias experiencias con su firma, como debía ser, ya desde los títulos.

  En Sintiéndolo mucho, el director Fernando León de Aranoa (ganador del Premio Goya por El buen patrón) registra al poeta de entrecasa, al cantautor en su intimidad, desde hace trece años hasta la fecha. Con anuencia del protagonista, esa privacidad protegida durante décadas, descorrerá el velo nada menos que en la gran pantalla.

  Contra todo pronóstico, en cambio, no sorprende. Sabina ha dicho en numerosas oportunidades que lo que más disfruta de su profesión son las giras. Pese a que editó diecisiete discos de estudio y siete en directo, desde siempre sostuvo que el contacto directo con  el público es lo que más disfruta, lo que empuja a seguir batallando con sus canciones que, a esta altura, son indiscutiblemente uno de los mayores aportes a la cultura hispanoparlante y mundial.

  Sobran los motivos para comprender el inmediato idilio entre el público argentino y el artista que, de cantar a la gorra en las calles londinenses y más tarde ser contratado en pubs británicos para desgranar covers en inglés, al regresar a España en el momento justo (con la movida en plena ebullición) plantó bandera y su audiencia creció de manera exponencial. Joaquin2

Aun cuando se considera un poeta que no imaginaba convertirse en cantautor, la obra de Sabina atraviesa generaciones, con un pintoresquismo y picardía a medida del público argentino. Sin olvidar que Buenos Aires ejerce sobre él un poderoso efecto imán, que lo llevó a retratar sitios y personajes en varias de sus memorables canciones.

  En el mundo de lo efímero y las relaciones líquidas, el universo de Sabina obra como antídoto a la cansina repetición de la subsistencia vacía, la búsqueda del éxito tan repentino como efímero o de los vínculos huecos.

  En su último disco, Lo niego todo (uno de los más logrados de su carrera), ensaya una suerte de disimulado balance de vida, alternando la mirada melancólica con atisbos de luminosa esperanza, sorprendente para quienes esperaban un disco amargo y letalmente oscuro.

  Poco amigo de las grabaciones en estudio y el autotune (mecanismo que corrige la afinación de la voz a la hora de grabar), Sabina prefiere mostrarse y cantar tal cual es: “un tahúr que no se cansa de arriesgar”.

  Después de la caída en el recital compartido con su amigo y socio musical desde hace años, Joan Manuel Serrat, andará por Buenos Aires el desertor del batallón de los nacidos para perder, el tipo que no sabía que la primavera duraba un segundo y quería escribir la canción más hermosa del mundo, el mismo que –dice- niega todo, incluso la verdad.

Link: "Sintiendolo mucho"

https://www.youtube.com/watch?v=Yc1hKAprfpc

 

 Carlos Algeri  (*) Escritor y periodista: www.carlos-algeri.webnode.page

11/2022

 

 

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