Cuando nada parece tener sentido, llega Morrissey

Morrisey

Presenta "Years of Refusal" en GEBA

     OK, la vida a veces parece no tener sentido. ¿Pero qué pasa cuando esa vida hinchada de tristezas, abatida, pisoteada y al borde del bang-bang la canta un tipo como Morrissey? Un tipo que se burla de sus más profundas miserias, lleva al primer plano a gente común y dice cosas como, por ejemplo, “Satanás rechazó mi alma”, o “estiro mis brazos alrededor de París porque sólo la piedra y el acero aceptan mi amor”.

     Pasa que uno se interesa, hunde la nariz en el asunto, siente una suave brisa dulce cuando abre las puertas del alma y escucha las canciones de cada uno de sus brillantes, imbatibles discos. ¿Qué es lo que está diciendo este adorable fucking gringou? Primero una, después otra, y así…  “Estoy abierto para recibir/ casi cualquier cosa que vos quieras dejar”. Algo más como “yo soy dos personas”, “fui odiado por amar”, o “hay un lugar en el infierno para mí y para mis amigos”.

    Todo en un contexto pop único, elevado, (“y si un micro de dos pisos/ se estrella contra nosotros/ por morir a tu lado/ el placer y el privilegio son míos”), estridente de lírica vocacional, ordinaria como la vida misma (“porque él es pobre/pero más feliz que vos”) pero agresivamente, hermosamente sincera (“Londres está muerta”). Porque todo éso es lo que atrapa de Morrissey.

    Además, claro, de ésa voz adictiva que nos está diciendo, cantando, “por favor, dejame conseguir lo que quiero, esta vez”. Una voz que le escapa de la boca y nos hace creer que un coro polifónico de ángeles felices le baila grotescamente en la punta de la lengua. Canta frases que aguijonan el corazón, como “los problemas me aman” o “la vida es una pocilga”, o aquello de los Smiths en su álbum de oda vegetariana “Meat Is Murder” (1985), donde recitaba “una cama doble/ un seguro amante incondicional/ ésas son las riquezas del pobre”.

      Para descubrir todas estas ruinas de la vida humana es necesario bucear en las inestables profundidades de todos sus discos. Desde sus altisonantes trabajos con los mencionados Smiths (la banda de Manchester que enalteció junto a un liviano puñado de otras el término pop en la primera mitad de los artificiales ´80) y los álbumes que grabó como Morrissey a secas desde finales de esa década hasta este tenso, vacilante presente.

      En lo que va de “Viva Hate” (1988) al glamoroso “Your Arsenal” (un picarón juego de palabras con “your arse anal”, algo así como “tu culo anal”, 1992), el imprescindible “Vauxhall And I” (1994), el esquizofrénico “Southpaw Grammar” (1995), el culposo “Maladjusted” (1997 y su último tridente celestial, el que terminaron aceptando las así llamadas “grandes audiencias”, formado por “You Are The Quarry” (2004), “Ringleader Of The Tormentors” (2006) y “Years Of Refusal” (2009). 

      Este último, es el que viene tardíamente a presentar (mejor tarde que nunca) el próximo domingo 4 en el GEBA de Palermo, con entradas que van de los 200 a los 400 pesos. Corran rápido a leer sus canciones, abusen del download hasta masacrarlo en Internet y escuchen sus discos. Y ya que están con el envión, consigan todos sus simples, de “Teenage Dad On His Estate” a “Boxers”,You Must Please Remember” y el cover de Raymonde “No One Can Hold A Candle To You”. Vayan a verlo el domingo. Verán que, entre tanta penuria y adversidad, literalmente, Morrissey sí que vale la pena.

    Desde las 21 horas, abre el recital la cantante multifacética Kristeen Young, cuyo mecenas es el mismo Morrissey. Despues será el turno del ex Smiths, acompañado por su banda de siempre, que incluye a Boz Boorer y Jesse Tobías (guitarras), Solomon Walker (bajo) y Matt Walker (batería).

Por ZIGGY SAVASTA

 

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